«Country road, take me home to the place I belong…»
Cuando fuimos al Hatortxu no sabíamos, ni de lejos, lo bien que iba a estar montado todo aquello. Nosotros íbamos con ganas, con un repertorio algo más fiestero de lo habitual y con intención de, como siempre, darlo todo. Intuíamos que el personal podía estar un poco tocado después de los conciertos del viernes y la juerga consiguiente. Al llegar, desde el primer momento, la organización se volcó con nosotros. Nos ayudaron a descargar (cosa no muy habitual) y se pusieron a currar con y para nosotros. Llegó la hora de salir a tocar y empezamos a notar que la gente se acercaba a ver quiénes eran aquellos tarados que hacen música americana por estas tierras. Y a pesar de que intuíamos la resaquilla de una buena parte del público no podemos sino agradecer sus aplausos, ver que poco a poco se fueran animando y que acabaran coreando y aplaudiendo con nosotros el Don´t Wanna Go Home con el que cerramos el bolo. Mil gracias a todos! Y en especial a Endika y al resto de voluntarios y organizadores! Nos quedamos disfrutando del ambiente toda la tarde ya que por la noche no nos queríamos perder a nuestro joven Alvin dándolo todo con Kerobia. Era un concierto especial para ellos y lo fue también para todos nosotros que lo disfrutamos ya entrada la noche y olvidada la resaca. Así fue como acabamos la fiesta. Nos habría encantado quedarnos a ver a más grupos. A muchos de ellos los tenemos en la agenda como pendientes y a algunos repetiremos siempre que podamos, pero al día siguiente a Jo y Swiss Knife nos esperaba una bonita sesión de carretera…
A eso de las 8 y pico de la mañana salíamos con rumbo a Wolfsburgo, al norte de Alemania, donde nos encontraríamos con el resto de La Trócola circ que venían de actuar por Polonia. Un buen puñado de horas metidos en una furgo, vaya… Y qué se puede hacer en una furgoneta además de conducir y sobar? Pues todo lo que se te ocurra para mantener entretenida la mente y no subirte por las paredes… Desde cubos de Rubik, hasta vídeos promocionales pasando por muchos ratos de hacer el payaso al son de lo que suene en la radio… y entre tanto carretera y café! Dormir pasado París y vuelta a empezar!
Allí tuvimos 5 días de trabajo. Sesión de mañana y de tarde. El año pasado en Berlín ya habíamos visto lo respetuoso y agradecido que era el público alemán. Este año confirmamos nuestra impresión. Entraron muy bien al trapo e hicimos todo tipo de pases con más viento, con menos… pero disfrutando con ellos del circo y la música en directo. El único día que casi suspendemos por lluvia nos dio tiempo a visitar el museo del automóvil que allí hay, y a meditar muy seriamente sobre cómo sacar de allí ese Delorean sin que nadie se diese cuenta. Sería cuestión de salir del recinto, acelerar hasta las 90 millas por hora, elegir la fecha adecuada y viajar a 1885 para dar su merecido a Perro Rabioso Tannen. Y que los indios no nos jodan el condensador de Fluzo, que si no estamos listos…
La verdad es que no hubo mucho tiempo para acomodarse en Alemania. Parece que en este mundillo no lo hay. A veces lo justo para encontrar una lavadora y volver a hacer el petate. Y es que en 2 días teníamos que conducir Europa abajo hasta Sagunt a actuar. Así que vuelta al café, a encajonarse y sudar un asiento, a los juegos para entretener el alma, a las preguntas estúpidas y al olor a choto… Country road, take me home to the place I belong…
Cargar, actuar, cargar, conducir, descargar… y de repente te encuentras a las 3:30 de la mañana de no sabes qué día y apenas dónde. Y otra vez lavar algo de ropa y a viajar! Actuamos en Guardamar de Segura: qué gran público! Y qué cantarines! Y de ahí a Martos, Jaén. Más vale que esta vez fue en un teatro, que allí cae fuego durante el día! Y vuelta a la carretera, que el resto de la banda nos está esperando para tocar en la Ciudadela de Pamplona! Y ese será un capítulo a parte…