Llevábamos un tiempo con ganas de poner en marcha nuestra diligencia y volver a nuestras tierras ya que desde abril después de la presentación de Flea Zircus y el bolo del Zentral habíamos estado liados en diversos menesteres. Jo y Swiss Knife con nuestros quehaceres circenses, Alvin estudiando un plan para conquistar el universo… Así que lel sábado pasado pusimos rumbo a Noáin para tocar en el Parque de los Sentidos, un sitio muy muy especial.
Para calentar motores y desoxidar un poco nuestros dedos el jueves hicimos un previo en Burlada, en el Jumai, un bar donde hacen las cosas con mucho gusto, donde el trato que ofrecen a la gente es siempre exquisito sin depender de lo que diga la caja… Eso no abunda… Y ese empeño que le ponen a las cosas se nota. Al menos a nosotros siempre nos han tratado de lujo sin haberles pedido nada. Así que allí desplegamos todos nuestros cacharros con intención de devolverles la moneda y acabamos disfrutando como enanos en el escenario. Sobre todo al ver la cantidad de personas agolpada en frente de nosotros. Ya habíamos estado otros años, pero esta vez había mucha más gente! Y eso nos transmite, nos da alas y nos da ganas de bailar y hacer bailar, de cantar y de hacer cantar… Creemos que los que estuvieron lo habrían notado. Agradecidos, pues, por cómo van las cosas!!!
Y el sábado, en Noáin, fue un lujazo también. El lugar y el horario invitaba a todo tipo de público. Siempre nos ha llamado la atención el rango de edad que podemos ver en algunos conciertos. Esta vez habría un rango de unos 90 años! Desde niños que se quedan boquiabiertos en primera fila hasta gente mayor sentada que no pierde detalle. Y cuando nos crecemos, tanto unos como otros aplaudían al compás! Será la magia de la música… Allí plantamos nuestra carreta y nos subimos a presentar al personal el nuevo disco. Las sillas se llenaron pronto y en la hierba y la parte trasera bailaban los más animados. Explicamos algunas de las historias que van detrás de canciones como Mountain Tale, Nobody Cares o Wait and Raise… A veces nos cuesta hablar a un micro, lo nuestro es cantar y tocar, pero viendo ciertas cosas desde el escenario las ganas de transmitir más brotan… Y conforme pasaban los minutos y veíamos la reacción del personal nos íbamos animando más y más… Tanto que hubo bises. Y al tocar Don’t Wanna Go Home las sillas del público se dejaron de un lado para aplaudir cantar y bailar con nosotros: “Na na na, na na na…” We didn’t wanna go home! Maldita sea, cómo nos gusta este oficio!!!






3emporium
febrero 17, 2022 (15:15)
2abelard