El Flea Zircus de Diego Blanco

¿Sabías por qué el reloj de la portada de Flea Zircus marca las 10:04?
¿O quién yace inconsciente junto a nuestra carreta?
¿Qué ocultan las señales de humo de la carpa del circo?
¿Por qué hay un hombre con un pulpo en la cabeza en la etiqueta del licor de malas hierbas? Es más, ¿quién diantres es ese tipo?

Los que hayáis tenido el disco en mano tal vez no sepáis todo lo que en él se esconde: los JSK studios de la portada son nuestra factoría de ideas. La hora del reloj es la hora del rayo de Regreso al Futuro. Nuestro nombre sólo aparece en la carreta y en la maleta del interior… y el calvo moribundo es el robot chungo de Westworld de 1973.

Y de esos cuervos desafiantes que el ilustrador nos regaló surgió el nuevo logo de la banda.

Además, los dos cuerpos que cuelgan del patíbulo de la contraportada son los antiguos Jo y Swiss Knife, con las pintolas de preso y los calzones de vaquero respectivamente, que ahora han quedado desterradas, de momento, a nuestro museo particular de tonterías.

Logotipo con el cuervo de la portada.

Autorretrato de Diego Blanco.

Diego Blanco es un ilustrador magnífico. E intuimos desde hace tiempo que lo que sale de sus manos es sólo una pequeña muestra del bestiario imaginativo que guarda en su cabeza. Porque su cabeza es una máquina curiosa y despierta, y su bondad sólo la iguala su capacidad para ponerlo todo patas arriba. Él fue el elegido para ilustrar nuestra portada del Circo de Pulgas. Y ahora sabemos que no podíamos haber elegido a nadie mejor. Él acogió nuestra idea con entusiasmo y se dejó su salario en lápices para hacer de una portada esta obra de arte. Porque es eso lo que él hace. Arte a lápiz. Ni más ni menos.

Y, ¿quién demonios es ese tío que aparece enterrado en la parte de la carpa de circo? Ese es el propio Diego, que se autorretrató dos veces. Una de ellas con un pulpo en la cabeza, en la botella de «Licor de Malas Hierbas», nuestro brebaje de la eterna creatividad… ¿es o no es un puto genio?

El que se haya fijado bien verá que la ilustración del interior es parte de la misma escena pero desde otra perspectiva: el interior de la cantina. Ahí ya las pulgas campan a sus anchas, y, además de con el control, se han hecho con la maleta de Swiss Knife y con la mandolina de Jo… ¡¡¡menuda panda!!!

Y el detalle más sorprendente, el que nos gusta contar a los niños, es el siguiente: cuando despliegas el cedé y lo miras de perfil, desde un lateral, el humo que sale de la carpa forma un dibujo anamórfico que nos dice que el tiempo se nos va. La calavera sobre el reloj de arena… así que más nos vale mover nuestros culos!

Si queréis conocer la obra de Diego Blanco lo podéis hacer aquí. Y si tenéis la oportunidad de conocerle vais a descubrir a una persona bella, delicada, amable y divertidísima.

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